Desde un punto histórico, la idea del molino de bolas puede ser tan antigua como el hombre que comenzó a innovar para facilitar su vida cotidiana, pero no fue hasta la revolución industrial que se pudo fabricar un molino de bolas eficaz, existen referencias de su utilización para moler piedra sílex destinada a hacer cerámica por allá de 1870.
Un molino de bolas es una variación de un molino tradicional que se utiliza principalmente para la trituración o mezcla de materiales minerales y ferroviarios, consiste en un recipiente cilíndrico vacío que gira sobre su propio eje el cual es llenado parcialmente con bolas y funciona por el principio de impacto: La molición se obtiene por impacto al caer las bolas desde arriba del cilindro.
Existen dos tipos de bolas de molino:
- Bolas Forjadas: La materia prima para elaborarlas son barras de acero aleado con carbono, manganeso y bajo cromo, se calienta la barra y se procede a su laminación o estampación dando la forma redonda, después se produce su templado y revenido para eliminar tensiones internas y cumplir con las especificaciones detalladas, su tamaño va desde 1’’ hasta 6’’ con durezas de 54 a 65 HRc en casi todas las dimensiones, son imprescindibles en molinos SAG por su mayor resistencia al impacto.
- Bolas fundidas: La bola fundida de alto cromo se fabrica en tamaños desde 1/2’’ hasta 5’’ con durezas de 55 a 65 Hrc en casi todas las dimensiones. Se elaboran con chatarra de hierro que se hace en colada mezclando con Carbono (2-3%) y Cromo (hasta el 35%), luego se introduce en los moldes de acuerdo con el tamaño y prosigue con tratamientos de temple y revenido hasta alcanzar las especificaciones detalladas.
Las bolas de molino deben garantizar un bajo desgaste, baja tasa de rotura, alto poder de impacto, dureza y composición química adecuada para cada producto a moler.